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jueves, 28 de febrero de 2013

Las cooperativas pueden salvar el socialismo cubano

Con permiso del autor
tomado de Havana Times

Entrevista por Vicente Morin Aguado con Grady Ross Daugherty, un socialista estadounidense contrario al marxismo.

Grady Ross Daugherty

HAVANA TIMES — Luego de varias semanas de difícil intercambio vía Email, difícil como debe suponerse por la lentitud y alto precio de Internet en los hoteles, intento precisar el pensamiento del señor Grady Ross Daugherty, líder y fundador del Movimiento para un Socialismo Moderno, caracterizado como República Cooperativa de los Estados Unidos.

HT: ¿Cuál es el lugar de las cooperativas en el proceso de reformas que se desarrolla ahora dentro del experimento socialista cubano?

Grady Ross Daugherty: Gracias por caracterizar el periodo de medio siglo posterior al Capitalismo en Cuba como un “experimento.” Un experimento es una manera de probar una hipótesis razonable. Si nosotros miramos al modelo cubano como un experimento, un trabajo modificable, su funcionamiento podría alterarse, alcanzando mayor prosperidad y progreso.

En nuestra discusión nosotros debemos tener presente que la mayoría de los tipos de cooperativas requieren una cierta base de propiedad privada legal, si deseamos que sean funcionales. Por ejemplo, las cooperativas agrícolas requieren la propiedad de la tierra cultivada y sus estancias familiares, no el usufructo, si aspiramos a que sean efectivas y hacer a Cuba autosuficiente en la producción.

HT: Con su opinión en torno al tema de la propiedad, comienzo a entender la postura no marxista advertida por Grady Ross antes de comenzar nuestro intercambio. Tal vez parezca una disgregación, pero es bueno precisar algo tan polémico como el declararse no marxista y a la vez socialista.

GRD: Desde sus orígenes en el siglo XIX, el movimiento socialista era mutualista y cooperativo, algo notable en Francia e Inglaterra, donde los obreros y campesinos estaban ávidos de poseer la tierra y los instrumentos de producción como su propiedad privada. Ellos no deseaban el señoreo de capitalistas privados o funcionarios estatales.

Yo creo que si los líderes políticos pueden aclarar sus mentes respecto a la teoría del estado monopolista y su consiguiente culto a la personalidad, propio de los fundadores del marxismo durante el siglo XIX, Cuba será a lo lejos un país socialista.

Marx y Engels implantaron el prejuicio contra la propiedad privada como causa de los males de la sociedad bajo la ventolera de llamar “científico” a su proyecto socialista, en tanto las cooperativas, para ser reales, necesitan de la propiedad, lo cual supuestamente sería “capitalista”, frente a lo estatal o científico como “socialista”.

A pesar de lo anterior, la dura realidad ha inducido a los políticos cubanos a echar una nueva mirada a las cooperativas. Están empezando a ver el socialismo como un experimento continuo.

HT: Por cierto, Marx criticó duramente a Proudhon, padre del socialismo francés, cooperativo y mutualista, considerándolo un pequeño burgués con las indefiniciones propias de su clase social.

GRD: Si, Marx criticó a Proudhon como un pequeño burgués, pero Proudhon fue un obrero manual con sus manos encallecidas, en tanto Marx no fue nada de eso.

El hecho esencial es que todos los obreros, mujeres, hombres, negros, mulatos o blancos, tienen el deseo intrínseco de poseer su puesto laboral y mandar en sus propias vidas productivas. Marx y Engels no podían aceptar esa idea. Marx era un ratón de biblioteca, un burgués privilegiado. Engels era un funcionario capitalista en el negocio textil de su padre con las perspectivas que ofrecía una jugosa herencia eventual.

Si los obreros poseen directamente los instrumentos de producción bajo el socialismo, no necesitarán a los capitalistas, tampoco a sus “amigos” comunistas burgueses cuyo deseo es permanecer arrogantes en la cima y ser siempre las estrellas del espectáculo.

HT: ¿Las palabras “pequeña” y “mediana” marcan siempre a la empresa cooperativa?

El complejo cooperativo Mondragon.

GRD: Las empresas cooperativas se piensan a menudo como pequeñas o elementales, pero mira el ejemplo de Mondragón, el experimento cooperativo de la España Norteña. Allí las fábricas poseídas por los obreros son muy grandes, automatizadas y competitivas, similares a otras de los países capitalistas avanzados.

Derivados de Mondragón, los trabajadores de la cadena de tiendas de comestibles Eroski, constituyen en su conjunto la mayor empresa de su tipo en el país. Así que las cooperativas entran en todos los proyectos y tamaños.

HT: ¿Una república cooperativa política es realmente la tercera opción entre el capitalismo y el socialismo, o el limitado y oscilante concepto de la pequeña burguesía?

GRD: Una pregunta excelente. Lo más certero sería decir un tercer camino entre el capitalismo, en una mano, y el marxismo como la forma del monopolio estatal socialista, tan familiar a los cubanos, en la otra mano.

A lo lejos parece que el marxismo no pudiera desechar sus creencias como una religión, una verdad santa y por consiguiente no encaja el concebir que los obreros deban poseer sus puestos de trabajo directamente bajo el poder estatal socialista.

HT: De acuerdo a la experiencia fracasada en la URSS, las cooperativas bajo la Perestroika terminaron por ser un puente hacia empresas capitalistas cuando los comunistas perdieron el poder político.

GRD: Una teoría razonable será entender que, si los trabajadores deben poseer propiedad productiva directamente y de forma cooperativa en un país socialista, liderado por un partido de vanguardia que hace la planificación macroeconómica y la coordinación, ya sea un restaurante, hotel, fábrica, línea de autobús, etc. A continuación dichas empresas serán socialistas.

HT: Ha estado usted en Cuba, ¿Cuáles son en esencia sus sugerencias?

GRD: Yo no he estado todavía en Cuba, principalmente porque soy un trabajador jubilado sin mucho dinero para viajar. Lo que yo recomiendo para Cuba es en gran medida lo mismo para mi país. Desde este ángulo, mis observaciones pueden ser mejores que aquellas de otras personas que han tenido la fortuna de visitar la tierra valiente de Martí.

Si los obreros poseen directamente los instrumentos de producción bajo el socialismo, no necesitarán a los capitalistas, tampoco a sus “amigos” comunistas burgueses cuyo deseo es permanecer arrogantes en la cima y ser siempre las estrellas del espectáculo.

HT: Dicen que a veces el que está fuera del dominó ve más que quiénes están jugando. ¿En fin, qué usted ve?

GRD: El sistema tradicional de gestión en Cuba es el subproducto necesario de la propiedad estatal al 100%…Es decir, lo que se necesita es un nuevo sistema de propiedad. Muchos cubanos, incluyendo el liderazgo político más alto, no entienden que el trabajo asociado como empresa de propiedad es una forma “privada” de empresa socialista, además, sin tal forma privada las cooperativas en Cuba serían una repetición de la experiencia yugoslava y por tanto, condenadas al fracaso.

HT: Por el camino que andamos, a partir de su idea cooperativa, se impone pensar en el futuro de mi país, con o sin socialismo.

GRD: Nadie puede predecir el futuro, por supuesto, pero yo creo que si los líderes políticos pueden aclarar sus mentes respecto a la teoría del estado monopolista y su consiguiente culto a la personalidad, propio de los fundadores del marxismo durante el siglo XIX, Cuba será a lo lejos un país socialista. Del otro lado, si la misma mentalidad mantiene su sostenimiento paralítico, entonces al considerar en peligro el estado socialista, reafirmarían un autoritarismo brutal.

Vicente Morín Aguado. morfamily@correodecuba.cu

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