Juan Pablo II |
No puede ser de otra forma, en Enero de 1998 yo era estudiante de la Lenin, tenía 17 años y no era católico, para nada, llegar al convencimiento de la doctrina de la Iglesia Católica fue un proceso que me tomó años con altas y bajas, en el año 2004 fue que pedí ser bautizado y acogido en el seno de la Iglesia, lo cual sucedió finalmente el 25 de Diciembre de 2005.
Creo que esa es una introducción necesaria, porque en aquel momento, cuando nos montaron a los alumnos de la Lenin en transportes para pararnos a los costados de la avenida Rancho Boyeros como "adornos" en el recibimiento de Juan Pablo II, me sentí bastante incómodo. Para mí la primera visita de un Papa a Cuba no dejaba de tener el interés de lo anecdótico, pero yo sobraba en aquel lugar. Estaba interesado en las misas y el contenido de sus homilías que celebraría en varios puntos del país; pero no en ver pasar a un anciano en una caja de cristal (a.k.a. el Papamovil).
Sim embargo, al final, lo recuerdo con una mezcla de alegría y tristeza, porque había en el más que un anciano en una caja de cristal, más allá de sus temblores de su enfermedad se sentía la cercanía con Dios. En aquel momento lo sentí. Aunque yo no estaba sintonzado para ver pasar al Papa, los escasos segundos en que pasó frente a mí no se han borrado, fue el comienzo de una admiración que ha crecido con los años. La misa que ofició en la Plaza José Martí (Plaza de la Revolución) ya era otra historia, ese día estuve allí, porque era lo que yo deseaba.
Juan Pablo II pertenece también a mis primeros pasos "conscientes" dentro de la Iglesia, el sábado 2 de Abril de 2005 no lo olvidaré nunca, sucedieron muchas cosas, incluidos un par de "milagros particulares". En la Habana celebrábamos la Pascua Joven y de pronto llegó la noticia, no por esperada menos impactante. El Papa había muerto.
Benedicto XVI |
S@lu2 wzaldivar
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