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miércoles, 11 de enero de 2012

Cuba, Gobierno - Iglesia, desde abajo

A raíz de una conversación este domingo en Santa Ana (la capilla a la que asisto) he decidido ampliar un poco como vemos el asunto de la relación Gobierno - Iglesia algunos de los laicos. Esta visión se corresponde en mayor o menor grado a al menos un sector del laicado, no podría especificar si es la mayoría o la minoría, el grupo más conservador o el más radical, no tengo y no creo que nadie tenga las estadísticas.

Para nadie es un secreto que en Cuba hubo una etapa donde tener creencias religiosas era "pecado capital", especialmente si eras católico o testigo de Jehová te las veías más que negras, aunque todos pasaron por la misma discriminación, más o menos velada. Reconocer tener creencias religiosas podía cerrarte las puertas de la Universidad o perder el empleo (dependiendo de el tipo de trabajo) en menos de lo que dura un pestañazo. Todavía en el año 2001 (apróximadamente no recuerdo con exactitud) la UJC tenía un modelito donde entre las preguntas estaba si tenías creencias religiosas. El Gobierno siempre ha alegado que fue la Iglesia la que tiró la primera piedra, lo mismo dice la Iglesia del Gobierno, yo sinceramente creo que hubo de parte y parte, cada cual metió la pata un par de veces de más y el Stalinismo ganó por amplio margen.

Evidentemente la cosa ha cambiado mucho, hace unos años resultaba impensable la visita de un Papa y ya estamos esperando al segundo, que se transmitieran por la televisión nacional los Via Crucis en el Vaticano, misas católicas y celebraciones de las Iglesias Evangélicas en general. Las más recientes en el tiempo han sido con motivo de la Navidad y particularmente para los católicos el fin de la peregrinación de la imagen de la Virgen de la Caridad del Cobre (coincidente con la Navidad) y el inicio del Año Jubilar, inaugurado en el Santuario del Cobre.Sin embargo algunos vemos viciada la apertura que ha dado el Gobierno a la actividad de las instituciones religiosas en la isla por ese "yo te lo permito" que no deja de formar parte de la actitud estatal. Siempre que "permiten" o "conceden" algo, salen detrás las palabras "por la benevolencia de la Revolucíon y el Partido que no cede ante presiones de ningún tipo, bla bla bla bla".

El problema es que el creer o no, el asistir a celebraciones religiosas y el desearlas, no es un regalo del Gobierno. Es nuestro derecho y nadie puede pisotearlo, este mismo Gobierno "benevolente" es el que ha pisoteado durante años los derechos de los cubanos en nombre de "salud, educación y seguridad social" que ni son gratuitas (las paga Liborio), ni son tan buenas, ni aseguran bien. Ha pisoteado nuestro derecho a la palabra, de libertad de expresión y asociación, a la libertad de creencias, siempre en nombre de una unidad y contra un enemigo común que como ya dije antes termina siendo "el enemigo de mi enemigo, que tampoco es mi amigo".

Este Gobierno mantiene cercenado nuestro derecho a que nuestros hijos reciban la instrucción primaria, media y universitaria en un ambiente religioso, aún en el caso de que se estableciera como obligatoriamente gratuita (solamente plantear la idea es suficiente para que te traten a nivel de traidor). Somos el paño con el que se seca el rostro el Gobierno, para mostrar una nueva cara al mundo poniendo a sus dirigentes en la primera fila, ante las cámaras de televisión, en cuanta celebración religiosa de importancia nacional se celebra en Cuba. Esto llega al punto que para indultar una cantidad significativa de reclusos hablan de tener en cuenta la celebración por el IV centenario del hallazgo de la Virgen de la Caridad del Cobre y las intercesiones y peticiones de la Iglesia Católica y el Consejo de Iglesias de Cuba. Clásica actitud del populismo y la demagogia.

Estamos conscientes, agradecemos a Dios los signos de cambio, pero no a el Gobierno, estos cambios van sucediendo, no gracias a el Gobierno, sino, a pesar del Gobierno.

S@lu2 wzaldivar

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